04 Jun La firma digital en tiempos de Coronavirus
La situación en la cual nos encontramos actualmente, bajo las condiciones generadas por la pandemia mundial del SARS-CoV-2, está sirviendo como catapulta para multitud de tecnologías que están demostrando su valía en momentos de necesidad. En este grupo, entran desde los servicios de videollamadas hasta todas aquellas tecnologías que puedan ser de utilidad para facilitar el teletrabajo. En este sentido, las firmas electrónicas también han empezado a cobrar una mayor relevancia durante las últimas semanas.
Esta herramienta tecnológica tiene numerosos beneficios: ofrece más seguridad incluso certificando la integridad de los documentos y garantiza la veracidad de la firma; garantiza la confidencialidad del contenido del documento ya que éste mismo sólo será conocido por las personas debidamente autorizadas; disminuye el almacenamiento de datos físicos y el uso del papel; y sobe todo, evita desplazamientos y traslados innecesarios.
Así, y más allá de las ventajas expuestas, ¿por qué es tan relevante el papel de la firma electrónica? Hoy en día, la respuesta es sencilla: porque la tecnología ha impactado por completo en el mercado de las transacciones y está capacitada para facilitar la globalidad de las obligaciones formales que satisfacemos aun físicamente. Uno de los puntos clave para normalizar la situación en el sector de los negocios, es continuar firmando documentos, evidentemente, siempre bajo el más estricto cumplimiento de los elementos que los confieren validez legal y, garantizando la veracidad de cada firma. Mediante la utilización de este nuevo método, cualquier documento puede ser firmado electrónicamente. Así, si podemos alcanzar un procedimiento de adaptación rápido como sociedad (tanto por parte del sector público como privado) ya no necesitaremos personarnos para la firma de: contratos, declaraciones fiscales, transacciones judiciales, escrituras notariales, trámites gubernamentales, etc.
Pero ¿cómo puedo obtener a título personal mi firma digital? Para que una persona pueda ser titular de una firma digital es necesario que se le otorgue un certificado digital, que es un documento electrónico generado y firmado digitalmente por una entidad de certificación. Esta, vincula un par de claves de acceso con una persona determinada confirmando su identidad. En el Principado de Andorra, cada ciudadano puede solicitar este certificado digital en el servicio de Trámites de Gobierno. Este trámite se encuentra íntegramente subvencionado.
Gracias a lo completa que resulta la información que el certificado nos proporciona sobre el autor de la firma, se puede dar una certeza de la autenticidad, integridad y del no rechazo de la misma; es decir, se cumplirá con las mismas características de la firma manuscrita y, por lo tanto, tendrá la misma validez legal.
Por todo lo que se ha señalado previamente, y con ánimo de haber aclarado las dudas respecto al tema, podemos concluir que, el uso de la firma digital garantiza una mayor seguridad y certeza a la hora de suscribir documentos, ya que es el único método que permite dar las mismas características que una firma manuscrita. La crisis que estamos viviendo puede servir como una oportunidad para poder mejorar y vincularnos con el uso de la tecnología.
Como vemos, el sector público ya ha empezado a facilitarnos este acceso por lo que se refiere a su uso en determinadas actuaciones administrativas (presentación de impuestos o actuaciones frente a la CASS, por ejemplo). No obstante, ahora más que nunca, es necesario que podamos extrapolar la firma digital a todos los ámbitos de la actuación administrativa (por ejemplo, administración judicial) o ante las notarías y las entidades bancarias para aprovechar las ventajas de este sistema que nos conducirá a un mundo mucho más digitalizado, dinámico e interactivo.
Catarina Da Silva